Mi nombre es Fernanda y me gustaría contar nuestra historia.. Mi hija Clara a los catorce años empezó a mostrar los primeros síntomas de depresión tras sufrir bullying en el colegio. Buscamos a una psiquiatra de renombre y estaba medicada.

Hizo dibujos y dijo que nunca volvería a la escuela.. Empezó a no levantarse de la cama, ni ducharse y garabatear tonterías.

automutilación, ira y ojos intensos. Su postura se inclinó y solo vestía de negro.. Solo imaginé formas de suicidio. Cómo? Catorce años, amado, en una familia estable, amorosa. como fue posible? La evolución fue rápida. Perdió el año escolar porque no pudo asistir a la nueva escuela.. Al año siguiente tampoco asistió. No podíamos creer cómo se convirtió, mi niña hablando de morir. Increíble, de una manera tan terrible para que cualquier padre entienda la impotencia de esta situación. Entender que somos incapaces de salvar a nuestra propia hija, para defenderla del mal, de la tristeza, es desesperado. Cuando nos encontramos impotentes, le pedí a Dios que me ayudara a estar con personas que pudieran ayudarla.. Eso fue todo lo que pedí fervientemente., en enloquecedora desesperación. durante una consulta, nuestro pediatra y homeópata, que ha acompañado a Clara desde su embarazo, luego nos refirió a la ONG Espaço Ser y en una llamada telefónica, en medio de escalofríos y lágrimas, porque en ese momento pude sentir que me habian respondido, pero no sabía cuánto, conocemos la ONG al principio. Clara fue apoyada el mismo día y pronto estuvo asistiendo a actividades diarias y el cariño que recibió fue tan grande que, hasta hoy, a los dieciséis, durante la pandemia, no deja de participar activamente, principalmente de la rueda de conversación, Terapia musical, yoga, entre otros.

Encuentra a otras personas que estén pasando por la misma situación., hizo que ya no se sintiera sola. Ella es amada y aprendió a amar. Aprendió a sentirse bien consigo misma y a atravesar las luchas diarias de la depresión.. No podría agradecer a todos estos voluntarios que son personas excepcionalmente maravillosas.. Personas espiritualmente evolucionadas en una comunión de amor fraterno. Me gustaría agradecer a Milene, sandra, psicóloga María Delia, y a todos los demás voluntarios por el apoyo que tuvo mi hija, eso es indescriptible! Caminar junto a todos ustedes es el regalo más grande del mundo. tania y fernando, una vida de gratitud es muy poco para agradecer por salvarnos a todos! Muchas gracias! Gratitud! Amor! bendiciones para ti.